Un Poquito de Historia: La Evolución de un Clásico

A diferencia de los grandes clásicos romanos como la Carbonara o la Cacio e Pepe, la Pasta con Zucchine e Guanciale no tiene siglos de historia. Es más bien un plato moderno, nacido en la segunda mitad del siglo XX, que representa perfectamente cómo la tradición culinaria puede evolucionar con ingredientes nuevos.

Su origen se encuentra en la creatividad de los hogares y trattorias romanas, donde los cocineros buscaban:

* Aligerar los platos clásicos: Añadir verduras para hacer las recetas pesadas de la cucina povera más ligeras y aptas para el verano.

* Aprovechar la abundancia estacional: La calabacín (zucchina) es una verdura de verano, abundante y económica en Italia.

* Mantener el sabor identitario: Utilizando el guanciale (la mejilla de cerdo curada, alma de la Carbonara y la Amatriciana) como base de sabor.

Es, por tanto, un "hijo" de la Carbonara y una prima hermana de la Gricia, al que se le añade la dulzura y cremosidad de la calabacín. Es un excelente ejemplo de cómo la cocina italiana no es un museo, sino una tradición viva que se adapta sin perder su esencia.

Receta de la Pasta con Zucchine e Guanciale

Esta receta es un maravilloso equilibrio entre lo sabroso y lo fresco.

Dificultad: Fácil

Tiempo total: 25 minutos

Ingredientes (para 4 personas)

* Pasta: 480g de rigatoni, spaghetti o tonnarelli.

* Guanciale: 240g, cortado en tiras o tacos gruesos.

* Calabacines (Zucchine): 3-4 unidades medianas (unos 500g), frescos y firmes.

* 1 diente de ajo.

* Queso Pecorino Romano: 120g, recién rallado.

* Vino blanco seco (opcional): Un chorrito (unos 50 ml).

* Menta o albahaca fresca: Un puñado de hojas.

* Aceite de Oliva Virgen Extra.

* Sal y Pimienta Negra al gusto.

Instrucciones Paso a Paso

1. Prepara los ingredientes:

* Lava los calabacines y córtalos en cubitos pequeños o en rodajas finas. Pica finamente el diente de ajo.

* Corta el guanciale en tiras o tacos.

2. Sofríe el guanciale y los calabacines:

* En una sartén grande, pon el guanciale a fuego medio-bajo. No añadas aceite; el guanciale soltará su propia grasa. Fríelo hasta que esté dorado y crujiente. Retíralo con una espumadera y resérvalo sobre papel de cocina.

* En la misma sartén, con la grasa del guanciale que ha soltado, añade un poco de aceite de oliva si es necesario y sofríe el ajo picado hasta que esté fragante.

* Añade los calabacines y saltea a fuego medio-alto durante 5-7 minutos hasta que estén tiernos y ligeramente dorados. Sazona con sal y pimienta.

* (Opcional) Vierte el chorrito de vino blanco para desglasar la sartén, raspando los jugos del fondo. Deja que se evapore el alcohol.

3. Cuece la pasta:

* Mientras, cuece la pasta en agua abundante y bien salada hasta que esté "al dente".

Justo antes de escurirla, guarda *un vaso (unos 150 ml) del agua de cocción**.

4. Monta el plato:

* Escurre la pasta y viértela directamente en la sartén con los calabacines.

* Añade la mayor parte del guanciale crujiente reservado y un buen chorro del agua de cocción.

* Saltea todo junto a fuego bajo durante un minuto, removiendo enérgicamente para que se mezclen los sabores.

* Fuera del fuego, añade la mayoría del Pecorino Romano rallado y las hojas de menta o albahaca picadas. Remueve rápidamente para crear una salsa cremosa.

5. Sirve al instante:

* Sirve la pasta inmediatamente en platos calientes.

* Decora con el guanciale restante, un poco más de Pecorino rallado y una hoja de menta o albahaca.

Consejos para el Éxito

* No cocines demasiado los calabacines: Deben quedar tiernos pero no mustios, con un poco de textura.

* La grasa del guanciale: Es oro líquido. Usarla para saltear los calabacines les dará un sabor increíble.

* Hierbas frescas: La menta es la opción más tradicional y refrescante, pero la albahaca también funciona maravillosamente.

* Versión cremosa: Para una salsa más cremosa, puedes rallar uno de los calabacines y añadirlo al sofrito; se deshará y creará una base deliciosa.

¡Disfruta de este sabroso y fresco plato! Buon appetito! 🥒🍝